Tal Vez

Tal vez

si tuviera alas,

volaría hacia ti.

Tal vez

te tomaría de

las manos.

Tal vez

te estrecharía en

un abrazo.

Tal vez

fundiría mis labios

en los tuyos.

Tal vez

me perdería contigo

en una aurora.

Tal vez

te diría quédate

conmigo.

Tal vez

seria  valiente y

te susurraría un

te amo.

Tal vez

si tuviera alas.

Solo tal vez.

Lo Cierto

Ella ha falseado la

realidad por la fantasía.

Fantasía que de a ratos

la hace sentir feliz.

Ve una fina cuerda

atada a su mano,

hala  y se

acerca a él.

Se aleja.

Se esconde.

Busca un lugar seguro

de vuelta a la realidad,

donde lo único cierto es

lo incierto que hay entre

Ella y él.

Analogía

Noches de

extrañarte  y pensarte.

Noches de insomnio

que llevaban tu nombre.

Resonancia de

tu voz que invadía

mis sentidos.

Roces que estremecían

cada centímetro de

mi cuerpo.

Miradas de tus ojos

sublimes que

traspasaban mi alma.

Abrazos que hacían

detener mi tiempo,

y perderme en ellos.

¿Será la analogía de  

 equívocos sentimientos?

Analogía de un

te quiero que

no te  dije,

y el valor de

robarte un beso

con sabor a despedida.

Luna llena

Encuentro furtivo y prohibido,

donde se desborda la pasión

en miradas casuales,

esas que aumenta el latido

de los amantes.

Dos amantes que

se entregan sin más,

bajo la luz de la luna.

Una luna que se convierte

en cómplice silencioso.

Una luna llena que

Transforma al hombre

en lobo.

Así son los encuentros

de dos amantes.

Utopía

Se siente como

quien va nadando en

contra corriente.

A veces pienso en

correr,

huir,

alejarme,

pero es solo una

utopía de mi mente

contrariada.

Entonces llega la

gravedad y tira de mí,

me empuja fuerte y

sin compasión

hacia tus brazos,

donde se pierden mi razón

y mis miedos.

Mi Cenicienta

Al salir el alba

voy a tu encuentro,

y allí estas a la espera

como todos los días.

Tus cabellos blancos

se asoman de entre

las mantas.

Me siento a tu costado

y te regalo una caricia,

me sonríes con tu

llanto nervioso.

Dispongo a

levantarte.

Con mis manos tomo tus pies

Y te coloco las zapatillas,

que no son de cristal.

Pero,

 tú sí  eres

la cenicienta que

me toco cuidar.

En Blanco

Tu mirada penetrante

atravesó la mía y

me quedé en blanco,

como el lienzo que

está listo para

ser pintado por vez primera.

Me quedé enteramente

en blanco,

para que fueses tú

quien le diera sutiles

pinceladas.

Para que fueses tú

quien pintara en la

sencillez de mi piel

desnuda,

una nueva historia.